Un informe elaborado por cinco agencias de las Naciones Unidas alerta de que el hambre se multiplica en el mundo y afecta a nuevas zonas
La ONU alerta, con el informe “El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2021” (SOFI), elaborado por cinco agencias de las Naciones Unidas, del aumento significativo del hambre en el mundo. Con la llegada de la pandemia, se han sumado 118 millones de personas al total de las que pasan hambre en todo el mundo. Según el informe, a finales del año pasado entre 720 y 811 millones de personas se levantaban sin saber si iban a comer ese día.
A esto hay que añadirle el aumento del 40% del precio de los alimentos, como recoge Intermon Oxfam en otro informe: “El virus del hambre se multiplica”. Este es el mayor incremento que se ha producido en más de una década. Mientras, las diez mayores empresas de alimentación y bebidas han visto incrementar sus beneficios en casi 10.000 millones de dólares entre 2019 y 2020.
Desde USO, alertamos de la continuación de un modelo económico que da la espalda a las personas y al planeta, en medio de un contexto de crisis mundial como la que estamos viviendo. Un modelo, además, que conlleva unas consecuencias inadmisibles a nivel humanitario. En estos momentos, en los que se están poniendo en marcha los planes de recuperación en muchos países del Norte Global, demandamos que la prioridad para estos gobiernos sea el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible contenidos en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
Cada vez más lejos de alcanzar el ODS 2
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 de la Agenda 2030 de la ONU persigue poner fin al hambre; lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición; y promover la agricultura sostenible. Lo relevante de esta nueva agenda global es que cuenta con toda una serie de indicadores para monitorear, revisar y realizar un seguimiento de los objetivos. En el caso del ODS 2, este se mide a través de indicadores como la prevalencia de la subalimentación o de la inseguridad alimentaria moderada o grave en la población.
Los datos muestran que el hambre se ha disparado, tanto en términos absolutos como relativos. Por primera vez, el estudio elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS) no recoge un número fijo de personas en situación de hambre, sino que plantea un intervalo. Revela así la incertidumbre adicional que está ocasionando la pandemia.
El peor de los escenarios plantea que el 10% de los habitantes del planeta sufrieron inseguridad alimentaria en 2020, frente al 8,4% en 2019. La cifra es mayor en el caso de las personas que no accedieron a una alimentación adecuada, llegando al 30% de la población. Al contexto de desempleo masivo provocado por la pandemia, se le unen los conflictos armados y los desastres naturales ya presentes en muchos países.
Nuevas zonas afectadas por el hambre en el mundo
En cuanto a las zonas más afectadas por el hambre, estas se concentran en las zonas en conflicto, pues la guerra es el principal factor generador de hambre en el mundo. Es el caso de países como la República Democrática del Congo, Afganistán, Siria o Yemen. Los conflictos armados han añadido 22 millones de personas a las estadísticas de privación alimentaria generada por una guerra, alcanzando ya los 100 millones de personas de 23 países distintos.
A pesar de que la Resolución 2417 de las Naciones Unidas reconoce el vínculo entre hambre y conflicto, el bloqueo de la ayuda humanitaria sigue siendo habitual en las zonas en conflicto, donde se siguen sucediendo los ataques a la población civil, al suministro de agua, al ganado, etc.
Sin embargo, el informe de Oxfam señala también la emergencia del hambre en países como Brasil, India o Sudáfrica. Son países que se han visto afectados por los mayores incrementos de las tasas de contagio del covid-19, aumentando en paralelo el hambre.
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